Perfiles de riesgo

Triángulo bullying

Un(a) estudiante está mayormente expuesto(a) a ser víctima cuando presenta las siguientes características:

  • Baja popularidad entre sus compañeros con los que no logra tener buenas relaciones y es rechazado(a) lo suficiente como para no recibir ayuda de ellos.
  • Muchos temores. El miedo está presente como rasgo de su personalidad, lo que le hace ser una persona infeliz y muy vulnerable.
  • Temperamento débil y tímido. Falta de asertividad y seguridad.
  • Baja autoestima y aumento de las posibilidades de fracaso escolar.
  • Sentimiento de culpabilidad, lo que le inhibe para poder comunicar su situación a los demás.
  • Tendencia a la depresión. Puede fingir enfermedades e incluso provocarlas en su estado de estrés.
  • Sobreprotegido(a) por la familia, por lo que carece de habilidades para enfrentarse al mundo.

No obstante, cualquiera puede llegar a ser víctima: un buen estudiante con comportamiento favorable, sociable y con buenas relaciones familiares.

 

El agresor generalmente es una persona con los siguientes rasgos:

  • Goza de mayor popularidad y apoyo pero con sentimientos ambivalentes de respeto o miedo.
  • Carece de sentimiento de culpabilidad.
  • Temperamento impulsivo y agresivo, incluso ira incontrolada.
  • En su mayoría proceden de hogares que se caracterizan por su alta agresividad, violencia y falta de cariño entre la familia.
  • No reconoce a la autoridad y violenta las normas.
  • Mal estudiante y sin interés por los estudios, baja autoestima académica.
  • Puede tener algunas adicciones.

De todas formas, cualquier persona se puede sumar al grupo del acosador para evitar ser víctima o marginado del grupo.

 

El espectador puede ser una persona que:

  • Conociendo el problema permite que las conductas violentas se repitan continuamente, sin intervenir para que esto no siga ocurriendo.
  • Adopta la actitud de observador porque aprende que la única forma de sobrevivir es convertirse en cómplices de los victimarios, o bien portándose como los agresores.
  • Tienen miedo de que les suceda lo mismo que a las víctimas y por ello callan y se integran a los grupos que observan estos hechos.

De la misma manera que en los casos anteriores, cualquiera puede llegar a ser espectador.