Es importante considerar que cuando un chico o una chica está expuesto(a) a una conducta de maltrato, puede sentirse amenazado(a) o avergonzado(a) por aquello que está pasando. Por lo tanto, se requiere creerle, escucharle y demostrarle apoyo, amor y solidaridad.
- Ante las primeras sospechas: preguntar, hablar directamente el tema, hacerle sentir que se está preocupado(a) por lo que sucede y que contará con el apoyo necesario para concluir la situación.
- Reaccionar con calma, evitando hacer reproches o adjudicarle la culpa. Asumir actitudes de tranquilidad, comprensión y escucha.
- Ayudarle a aceptarse y quererse a sí mismo(a), a valorar su talento y potencial.
- Tratar de identificar sus temores.
- Pedir que le explique lo que le ha pasado. Preguntarle si ha ocurrido en otras ocasiones. Quiénes han estado implicados, quién lo ha presenciado, cuál ha sido su reacción y a quién se lo ha contado.
- Si bien existe un impulso natural por enfrentar al agresor o dirigirse a sus padres, es importante acudir con las autoridades de la escuela para que intervengan.
- Informar de inmediato a la institución escolar, preguntando al hijo o a la hija si desea tratar personalmente el tema o prefiere que lo hagan sus padres.
- Solicitar una entrevista con el asesor o tutor del grupo para hablar la problemática y saber cuáles serán las medidas que tomará la escuela para evitar este tipo de hechos.
- Mantener el contacto permanente con la institución escolar.
- Participar con la escuela para trabajar colaborativamente hacia la erradicación del bullying.